viernes, 15 de noviembre de 2019

¿Todos en esta vida se han rendido?

Veo que todos los matrimonios con el paso del tiempo ya no se tratan como al principio y todos tienen la misma respuesta, que la llama inicial se acaba apagando, que no puede ser tan bonito y tan intenso toda la vida, que se aprende a querer de otra forma y más y más excusas. Cuántos de nosotros no nos hemos preguntado, ¿Porque si nuestros padres se quieren tanto porque no se besan más a menudo? No te hablo de morrearse delante de sus hijos pero, ¿ni una sola muestra de cariño? Y no estoy diciendo que no se quieran tus padres ni los míos, simplemente que creo que se han rendido. 

Llevo un tiempo preguntándome si es cierto que al madurar se aprende a querer de otra forma, que esa pasión, esa presión en el pecho al verla, esa cara de tonto que se te queda cuando la miras sin que se de cuenta, esos besos que te paran el tiempo, esas caricias que te erizan la piel, esas sonrisas en mitad de un beso que te cargan la batería para un día entero, esos abrazos que realmente te quitan el miedo a todo, son simplemente fruto de la inexperta adolescencia. 
¿Es cierto entonces, que con la edad ves el amor de otra forma? 
Mi respuesta al principio era dudosa, hasta yo mismo empecé a creérmelo, pero me niego. 
Me niego a creer que esos sentimientos, esas sensaciones, sean fruto únicamente de la primera experiencia. 
Me niego a rendirme, a creer que así está bien, que así es imposible amar toda una vida, a quedarme con esos recuerdos en la cabeza y simplemente echarlos de menos. 
Me niego a conformarme. 

Porque por más que me tiren, por más que me traicionen, por más que duela en cada intento, seguiré sin rendirme. 

En algún lado tienes que estar y me juro a mi mismo que te voy a encontrar. 

domingo, 25 de agosto de 2019

Dímelo.

Dime que me quieres, dímelo. No solo con palabras, con riesgos, arriesgate y no temas que vaya a salir mal, porque yo quiero que salga bien

jueves, 2 de agosto de 2018

Caminos secos van despacio
por el vértice de la locura.

Caí en la trampa del amor,
aquel que nadie cuida. 

Ahogado en el llanto más dulce, 
alcancé a ver su valentía.

Y por más que me contuve, 
creí en su mentira. 

                       47. 





miércoles, 18 de julio de 2018

Lucha.

Si no luchaste en su momento ¿A que esperas para hacerlo ahora?

Lucha por tu vida como un avión que intenta despegar y aunque no tengas alas, te juro que llegarás.

Lucha por crecer como un árbol y rompe todo a tu paso por debajo, pues lo que te espera está allí, arriba.

Lucha por amar y ser amado.

Lucha por ser ejemplo y que sigan tus pasos, como un ejercicio mal hecho que encuentra su fracaso.

Lucha sin más, y verás que la vida tiene mil maneras de tirarte pero que tan solo los fuertes llegan al final.
47.

martes, 10 de julio de 2018

El pecho no es débil por estar al descubierto
el lado izquierdo puede aguantar más de lo que se piensa
y si la cabeza se digna a echarle una mano
ni nada ni nadie podrá rascar su coraza. 47.


viernes, 1 de junio de 2018

Diferente.

Mi madre me dio una lección de la vida que nunca olvidaré y, aunque en su momento seguí haciendo caso omiso, hoy en día me doy cuenta de la razón que llevaba; y es que por mucho que pensemos que algo no nos pasará a nosotros por el simple hecho de ser nosotros, nos lleva al error más grande que puede cometer alguien: sentirse especial.

Somos uno más en esta gran historia de la humanidad, y hoy que estás tranquilo en tu sofá leyendo esto,  mañana puede que estés al borde de la muerte por la detección de un cáncer terminal, y tú que hasta hace poco vivías sin más pensando que a tí no te podía pasar, te empiezas a preguntar que por qué a ti, si eras especial.

Pero no puedo, no puedo evitar cometer ese error porque lo llevamos dentro, y quizás sea cierto que todos llegamos a serlo, así que siéntelo y vive. Vive sin creerte superior a los demás queriendo aportar tu grano de arena a esta humanidad, y evita la pregunta si todo saliera mal, y lucha para que al menos no se te escuche gritar por dentro, porque no existe remedio.
47.

martes, 15 de agosto de 2017

Estúpido de mi.


Llevo más tiempo engañado del que imaginaba y me he dado cuenta por fin de que no te extrañaba a ti.
He extrañado miles de momentos, que no dejaban de doler por el simple hecho de que estuviste allí, conmigo.
Pero tú no eras la pieza que al faltar estropeó todo el puzzle; La pieza que se perdió fui yo.

Me perdí en los balcones de tus ojos, que podía mirar dentro sin temer caerme.
Caídas que dolieron más que simples golpes.
Me perdí en los laberintos de tus dientes, que al verlos apretarse fuertemente veía que todo tiene una salida.
Salida que no tenía ninguna puerta
Me perdí en las anclas de tus manos, pues agarrado a ellas me sentía seguro en cualquier parte.
Parte en la que estaba de todo menos seguro.

Y por razones como estas me perdí. Engañado pensando que podía ser feliz y el miedo a lo desconocido que tu me implantaste se forjó como un fuerte viento que desparramó todo el puzzle.

Miedo que en mi se creó por morir sin vivir todo aquello que no viví y que al terminar mis miedos vi, que sí podía morir con tales estupideces que tú creaste en mi.

Y llego a la conclusión de que no te extraba a ti, porque todo aquello que alguna vez existió no fue real, pues tu eras el puzzle entero y yo tan sólo la pieza que encaja por un tiempo, hasta que se desgasta y buscas a otra. 47