Reflexiones nocturnas.
viernes, 15 de noviembre de 2019
¿Todos en esta vida se han rendido?
domingo, 25 de agosto de 2019
Dímelo.
Dime que me quieres, dímelo. No solo con palabras, con riesgos, arriesgate y no temas que vaya a salir mal, porque yo quiero que salga bien
jueves, 2 de agosto de 2018
miércoles, 18 de julio de 2018
Lucha.
Si no luchaste en su momento ¿A que esperas para hacerlo ahora?
Lucha por tu vida como un avión que intenta despegar y aunque no tengas alas, te juro que llegarás.
Lucha por crecer como un árbol y rompe todo a tu paso por debajo, pues lo que te espera está allí, arriba.
Lucha por amar y ser amado.
Lucha por ser ejemplo y que sigan tus pasos, como un ejercicio mal hecho que encuentra su fracaso.
Lucha sin más, y verás que la vida tiene mil maneras de tirarte pero que tan solo los fuertes llegan al final.
47.
martes, 10 de julio de 2018
viernes, 1 de junio de 2018
Diferente.
Mi madre me dio una lección de la vida que nunca olvidaré y, aunque en su momento seguí haciendo caso omiso, hoy en día me doy cuenta de la razón que llevaba; y es que por mucho que pensemos que algo no nos pasará a nosotros por el simple hecho de ser nosotros, nos lleva al error más grande que puede cometer alguien: sentirse especial.
Somos uno más en esta gran historia de la humanidad, y hoy que estás tranquilo en tu sofá leyendo esto, mañana puede que estés al borde de la muerte por la detección de un cáncer terminal, y tú que hasta hace poco vivías sin más pensando que a tí no te podía pasar, te empiezas a preguntar que por qué a ti, si eras especial.
Pero no puedo, no puedo evitar cometer ese error porque lo llevamos dentro, y quizás sea cierto que todos llegamos a serlo, así que siéntelo y vive. Vive sin creerte superior a los demás queriendo aportar tu grano de arena a esta humanidad, y evita la pregunta si todo saliera mal, y lucha para que al menos no se te escuche gritar por dentro, porque no existe remedio.
47.
martes, 15 de agosto de 2017
Estúpido de mi.
Llevo más tiempo engañado del que imaginaba y me he dado cuenta por fin de que no te extrañaba a ti.
He extrañado miles de momentos, que no dejaban de doler por el simple hecho de que estuviste allí, conmigo.
Pero tú no eras la pieza que al faltar estropeó todo el puzzle; La pieza que se perdió fui yo.
Me perdí en los balcones de tus ojos, que podía mirar dentro sin temer caerme.
Caídas que dolieron más que simples golpes.
Me perdí en los laberintos de tus dientes, que al verlos apretarse fuertemente veía que todo tiene una salida.
Salida que no tenía ninguna puerta
Me perdí en las anclas de tus manos, pues agarrado a ellas me sentía seguro en cualquier parte.
Parte en la que estaba de todo menos seguro.
Y por razones como estas me perdí. Engañado pensando que podía ser feliz y el miedo a lo desconocido que tu me implantaste se forjó como un fuerte viento que desparramó todo el puzzle.
Miedo que en mi se creó por morir sin vivir todo aquello que no viví y que al terminar mis miedos vi, que sí podía morir con tales estupideces que tú creaste en mi.
Y llego a la conclusión de que no te extraba a ti, porque todo aquello que alguna vez existió no fue real, pues tu eras el puzzle entero y yo tan sólo la pieza que encaja por un tiempo, hasta que se desgasta y buscas a otra. 47